Tuesday, December 22, 2015

Motor IX: La búsqueda V

En el mismo pueblo de piedras grandes, vi dos casas más.
Ésta tenía 300 años, perteneció a una familia de ganaderos y agricultores ricos en la zona. Si en su día fue una gran casa -no le faltaban encantos-, hoy es una gran ruina. Se filtró agua por el tejado y a la mierda todo. Primero me dijo un precio, y se regateaba él solo. Se quedó por la mitad sin ni siquiera abrir la boca yo.
La salida al jardín desde las cuadras.
El jardín.
El ático podía haber sido bonito tirando todo el tejado y haciendo uno nuevo.
El mismo tipo, tenía otra casa en el mismo pueblo. Una inmensidad de lugar, locura laberíntica, chapuza por aquí, chapuza por allá, con más de setecientos metros cuadrados. Era también una casa antigua, pero se reformó en los años 70. Se hicieron falsos techos, se taparon las paredes de piedra y se empapeló.
Su hija es estudiante de Bellas Artes, y me dice todo serio el tipo: "Soy su marchante. Si te interesa algo podemos llegar a un acuerdo". Entre esto, y lo que me dijo luego, me dejó claro que: o bien me tomó por idiota, o bien la gente está loca.
¿Y qué me dijo luego? Que había habido una plaga de termitas en el pueblo hacía unos años. Y quiso asegurarse de que la casa estaba limpia antes de hacer la compra porque a él no lo engañan. Y con un pico agujereó el techo de más de veinte habitaciones para ver el estado de las vigas. Agujereó y nunca más lo cerró. Aquello parecía Beirut.
Finalmente me dijo el precio, dictado por un marciano, hinchó el pecho y concluyó: "No te estoy vendiendo la casa. Te estoy vendiendo los metros. Piensa que aquí (con un par de millones de euros) podías hacer un hotel (en este pueblo al que no viene nadie y en el que no hay ni pensión, por algo será)". Me despido.

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